lunes, 31 de julio de 2017

ATRÁS QUEDÓ TU VOZ DE NIÑA




Hace diecinueve años, a eso de las cuatro de la madrugada, me avisaste de que llegabas. Entre nervios, miedo e ilusión nos fuimos para el hospital. No sabía en ese momento que la espera todavía sería larga. No sabía tampoco que iba a doler tanto, lo que si sabía es que al final merecería la pena.

Recuerdo aquellos instantes con ternura, a pesar del dolor, a pesar de las horas interminables en aquella habitación. Tu padre no se movió ni un instante de mi lado. Allí estábamos los dos.  Él agarraba mi mano, yo estrujaba la suya. Me animaba, intentaba calmarme.

Yo quería irme de allí, quitarme los sueros, quería dormirme y despertarme contigo a mi lado. Quería que todo pasara sin enterarme. Anhelábamos verte, tenerte en nuestros brazos. Darte todos esos besos que llevábamos guardando nueve meses.

Y llegaste.
Y ya no importó nada.

Nunca olvidaremos tu carita. Eras tan pequeñita, tan frágil, tan bonita…

Fuera llovía con intensidad, los truenos retumbaban en los cristales, tú llorabas, yo tenía fiebre y tu padre cuidaba de las dos.

Atrás ha quedado tu voz de niña y tus manitas ya no se aferren a las mías con la fuerza de antes, cuando no te soltabas por miedo a perderte.

Hay veces que extraño tu infancia, el tiempo pasado en el parque, las horas en tu cama leyendo cuentos. Echo de menos entrar en el cuarto y verte en tu cunita hablando con Fypy, una abejita amarilla de peluche que te acompañaba a todas partes, que te vio crecer igual que lo hicimos nosotros.

El tiempo ha pasado demasiado deprisa.

En ocasiones pienso que me gustaría poder volver atrás y disfrutar de nuevo aquellos instantes, quizá con más intensidad, aunque lo cierto es que no nos perdimos casi nada.

Me encanta verte reír y reír contigo. Me gusta esa complicidad que tenemos y me gusta que me digan que te pareces a mí, aunque a ti no te haga tanta gracia.

Hoy hace diecinueve años llegabas a nuestra vida y la cambiabas para siempre.

Una y mil veces volvería a vivir ese momento.

Y aunque no todo haya sido bueno, no imagino una vida sin ti. No la imagino de otra manera.  

Hoy no llueve, no hay dolor, ni espera, ni nervios…

Hay alegría, hay emoción, hay recuerdos y momentos compartidos.

Hay un cumpleaños que celebrar y un camino que seguir recorriendo con tus huellas junto a las nuestras.

Y sobre todo, hay unos padres que siguen igual de orgullosos.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS, LOURDES!



jueves, 27 de julio de 2017

VUELA SIN ALAS




Vuela sin alas
Déjate llevar por esos sueños
que acarician tu madrugada,
por esa realidad que descubres
en una mirada,
en una sonrisa ausente.

Atrévete a pensar en un futuro
que quizá en llegar no tarde,
o tal vez esté lejano,
ese que forma parte de esos instantes
que a menudo ocultas.

Recorre esos sentimientos
que hacen equilibrios
sobre el filo de unas emociones
que a ti no te pertenecen.

Derriba ese muro que aísla tu alma,
que te aleja sin remedio
del mundo que te rodea.

Despierta sonriente cada día
y camina con paso firme.

Sé libre, siempre libre.


(Arantxa Murugarren. 27/07/2017)

sábado, 15 de julio de 2017

SUBIÓ AL DESVÁN.






SUBIÓ AL DESVÁN




Subió al desván,

acarició con sus manos

la distancia.


Recorrió con sus dedos

el silencio.


Al compás del tiempo

bailó.


Y al compás de la memoria,

lloró

hasta que llegó el alba.



(Arantxa Murugarren. 26/06/2017)


Micropoema participante en el Concurso "Limpiando el Desván" organizado por El muro del Escritor obteniendo una Mención Especial por parte del jurado del certamen. 








COMO CADA NOCHE


Como cada noche, se asomó a la ventana. Miró al cielo y sintió que la luna le observaba entre las estrellas.

A través de las nubes que ocultaban su brillo.

Imaginó un espacio entre el cielo y la tierra donde hallar la respuesta a esas preguntas que se quedaron en el limbo de los sentimientos.


El nombre de una ausencia que seguía presente en su vida. El viento le devolvió el eco de sus palabras.


Y como cada noche, cerró la ventana y se fue a dormir.

Arantxa Murugarren (26/06/2017)
                                                         
Microrrelato participante en el Concurso: Limpiando el Desván, organizado por El Muro Del Escritor. Es uno de los finalistas elegidos que formará parte de un libro editado en papel.






viernes, 7 de julio de 2017

RESEÑA DE: EL VIEJO TEATRO DE LA NOCHE. JUAN MANUEL MARTÍN RIVAS.




TÍTULO: EL VIEJO TEATRO DE LA NOCHE.

AUTOR: JUAN MANUEL MARTÍN RIVAS.

SINOPSIS

“Son una voz sin rostro, la sensación de que hay alguien donde no hay nadie.
Son algo atrapado entre nuestro mundo y el siguiente.
Esperan agazapadas al otro lado, oliéndonos, sintiéndonos.
No suba esas escaleras, Vanessa ya no es lo que usted recuerda. No debe mirarla, no debe buscarla, no debe tocarla…
Está advertido.”

Barcelona, 1904. A través de la ventana del tranvía Gabriel cree ver a un fantasma. Pero Vanessa desapareció, murió eso le dijeron al volver la guerra, sin embargo…
Una de las últimas anotaciones en su diario habla de un lugar, un teatro, pero cuando Gabriel cruce sus puertas la realidad comenzará a disolverse poco a poco. Allí, la magia parece a un latido de existir, personajes desconcertantes le invitan a creer de nuevo en la vida o a desconfiar de las sombras. Si insiste en adentrarse en ellas podría hallar incluso… monstruos.



En ocasiones, al terminar un libro, antes de pasar la última página y cerrarlo, hay que tomarse un tiempo para comprender el cúmulo de sensaciones que se han quedado dentro tras la lectura. Hay que reordenar los pensamientos y buscar esas palabras exactas que describan lo que se ha sentido ese tiempo compartido.

Hace ya unos días que terminé El viejo teatro de la noche, de Juan Manuel Martín Rivas. Sin embargo, el silencio sigue ocupando ese espacio destinado a la expresión. Sigo en ese viejo teatro, visualizando cada rincón, paseando por el entendimiento de aquello difícil de comprender y eso es precisamente lo que hace de ésta una novela diferente, atractiva y atrayente.

Me doy cuenta de que me he quedado en esa oscuridad vista a través de otros ojos.

Y permanezco en la mente de los personajes.

Recreando esos instantes en los que algunos de ellos buscan recordar esos sentimientos que han perdido, reconstruyendo unos actos de amor que apenas recuerdan.

Rememorando todo el contenido de esta historia, intensa y profunda.

He leído el libro en muy poco tiempo. Entré en la historia desde el principio. En los primeros capítulos el autor va situando al lector en diferentes lugares, presentando a unos personajes e introduciendo poco a poco al resto.

Pequeñas dosis que generan intriga.
Que hacen que se quiera más.
Que insta a seguir leyendo para no perderse nada.

Describe de manera muy detallada, con un lenguaje bello y poético.

Cuánta belleza, dulzura y sentimiento hay en estas palabras:

“Aquella voz era tan suave y susurrada que creyó imaginarla. De hecho, no la percibió con los oídos, sino como un hilo de seda en sus cabellos”.
                                  (El viejo teatro de la noche. Juan Manuel Martín Rivas).

Escribe con un estilo directo y muy cuidado, con un vocabulario muy rico. No repite palabras ni da vueltas innecesarias.

Es muy gráfico a la hora de describir escenas y sentimientos. Es fácil trasladarse al lugar del que habla y visualizarlo.

“La sensación derivó entonces hacia el miedo, un miedo en forma de mandíbula que le presionaba a la vez desde dos direcciones…
… Y el miedo fue lo que trajo la oscuridad.”
                                  (El viejo teatro de la noche. Juan Manuel Martín Rivas).

A Juan Manuel Martín Rivas lo conocí por Internet y una vez que terminé la novela me puse en contacto con él para darle mi opinión.

Quería saber más de la obra, del proceso creativo, de cómo había surgido la idea.
Así que le pregunté sobre ello.
Y él contestó:
A pesar de ser muy tópico el detonante fue un sueño, lo recuerdo muy vagamente, pero había un teatro, vampiros y al final todo ardía. Eso, más que darme una idea para una historia, me despertó las ganas de crear una que capturase esas sensaciones y poco a poco fui dándole forma.  Mi propósito para esta historia fue devolverle al vampirismo la monstruosidad y la auténtica atmósfera gótica que creo que está perdiendo debido al super erotismo con el que se suele lastrar el tema en los últimos tiempos. Quería que mantuviesen un aura romántica pero que dejasen de ser estrellas de rock´n roll y recuperasen ese olor de sótano que han perdido. Quería renovarlos, pero a partir de su visión más clásica.

En mi opinión lo ha conseguido. Se aprecia esa visión clásica y ese romanticismo.

Leí el libro durante la noche, dejándome llevar por el silencio que reinaba a mi alrededor y me trasladé a esa época, a esa ciudad, a cada momento clave.

Sentí el dolor de Gabriel en busca de ese pasado que le recordara una vida que no escogió y que le apartó de aquello que quería. Le acompañé en su búsqueda de respuestas para unas preguntas que todavía no habían sido formuladas. Me dejé llevar por la belleza de unos personajes tratados con mimo por el autor. Descritos con detalle, verosímiles.

Todos tienen relevancia y todos dejan huella.
Me sobrecogí dentro de ese teatro.
Caminé por las oscuras calles y sentí el frío y la lluvia.

Me sobresalté al escuchar un ruido y por un instante, volví a mi realidad. Miré a mi alrededor buscando una presencia que no podía estar ahí porque no había sido invitada. Así que regresé al teatro y la no invitada era yo. Estaba tras bambalinas asistiendo a esa función extraordinaria.

A esos momentos reservados para unos pocos escogidos.

Juan Manuel me comentó que cuando escribió esta novela no había pensado en una saga, pero al descubrir una vez terminada el carisma que habían ganado los personajes del teatro, se dio cuenta de que podía salir mucho más de ahí. De momento ha pensado en cuatro novelas.

Novelas que esperaremos con ansia.

Con ganas de conocer más a fondo a los habitantes del teatro en los que no ha profundizado en esta ocasión.
De saber más acerca de Camille y de dejarse envolver de nuevo por la dulzura de Noviembre, esa niña que cautiva, emociona, con la que se quiere pasar más tiempo.

Es un libro con muchos ingredientes. Tiene amor, escenas duras y un trasfondo de soledad que no deja al lector indiferente.
Una soledad que duele.
Un silencio que lo dice todo.
Un presente que no existe a pesar de desearlo porque el pasado se ha ido extinguiendo. Y un futuro que no será.

Ésta no es la primera novela que ha escrito el autor, pero sí la primera publicada. Escribió siete antes, de género fantástico o histórico. De las anteriores, una está a punto de publicarse.

 Es un libro absolutamente recomendable.

Si todavía no lo has leído, no tardes en hacerlo.
Una vez que entres en el teatro, no saldrás de él hasta el final.
Y...
Una vez que salgas, tu mente continuará allí.
Entre las viejas estancias de ese vetusto edificio.