domingo, 1 de octubre de 2017

VERSOS POR LOS REFUGIADOS. ACOGIDA SI, GUERRA NO.

El pasado viernes, 29 de septiembre, Pamplona se sumó a la iniciativa estatal: ACOGIDA SI, GUERRA NO con un recital poético-musical en favor de las personas refugiadas.


El recital se celebró en el Parlamento de Navarra y lo organizó Mikel Sanz Tirapu.  

Acogió a poetas, artistas, a todo el que quiso expresarse, elevar la voz, dejar constancia de que una realidad que encoge el alma de algunos y que es indiferente a otros.

Las puertas y el micrófono estaban abiertos. Todo el que quisiera  invitado a participar, a poner voz a la injusticia, a través de los versos, de la música, de los sentimientos, de la cercanía.

“Se ha acogido solo al 14% de los refugiados a los que se comprometió España”.

Con estas palabras, dirigidas por la presidenta del Parlamento de Navarra, Ainhoa Aznárez, comenzó el evento. A continuación leyó un poema de Juan Andrés Pastor, poeta de Estella que no pudo acudir.

A partir de aquí todo fue distinto, se respiraba diferente, por momentos costaba respirar.

Emoción a flor de piel.

Estilos que diferían mucho entre sí.

Cada uno con su visión, con sus palabras. Todas confluían en un fin común. Partes de un sentimiento que conformaban un Todo cuya presencia nos llenó a cada uno de los que estábamos allí. También a los que no estaban.

Hubo poetas que no pudieron asistir, pero nos dejaron sus letras que fueron leídas por otros compañeros.

Todos estaban presentes.

Era imposible no emocionarse, estar ajeno a lo que sucede. El eco lo envolvía todo, nos convertía en uno.

Nos unía.

Nos unió.

Fuimos partícipes de una iniciativa bonita, profunda, de una realidad a la que muchas veces volvemos la cabeza, que nos cuesta mirar de frente.

Fuimos partícipes de una tarde difícil de olvidar, de unos momentos que nos erizaron la piel, que nos arrancó una lágrima.

Improvisación, instantes grabados en la retina, en el corazón.

Poetas, actores de teatro, músicos.

Palabras sobrecogedoras.

Oídos atentos que escuchaban, que absorbían cada letra, cada verso, cada nota musical.
Nada estaba ensayado. Nacía de dentro, de las ganas de expresarse, de la necesidad de contar, de recitar, de decir, de hablar.

De soñar que se puede cambiar el mundo, quizá solo un poquito, tal vez tan solo por un rato.

Mikel Sanz dijo casi al término del recital:

“La poesía puede cambiar mundos particulares y eso es cambiar el mundo”.


Una palabra final:

E  S  P  E  R  A  N  Z  A


Un aplauso que llenó la sala.
Silencio.
Un recuerdo difícil de olvidar.





Os dejo el poema que recité yo.
No supe qué título ponerle cuando lo escribí.


Tenían sueños, ilusiones
tenían una vida, una casa.

Todo quedó
en futuro ahogado,
en un presente de miedo.
Se marcharon con los ojos vacíos
de tanto horror.

Atrás un destino cercenado
Adelante un camino incierto.

Calles cortadas
alambradas que duelen
promesas de palabras vanas.
un refugio inexistente.


Tenían que ser uno más
y, sin embargo
siguen buscando donde refugiarse
de un dolor que no termina.

Miradas de esperanza
que nuestros ojos reflejan
mirando sin mirar nada.
                                     
Arantxa Murugarren (29/09/2017)